En nuestro cole hemos detenido el reloj por un momento para mirar hacia dentro, para pensar en cómo nos tratamos, en cómo nos sentimos, y sobre todo, en cómo podemos construir un espacio donde todas y todos nos sintamos seguros y respetados.
El Día contra el Bullying no es solo una fecha más en el calendario. Es un recordatorio de que cada palabra cuenta, cada gesto puede marcar la diferencia, y que decir “basta” al acoso escolar es tarea de todos: alumnado, profesorado, familias y comunidad.
A lo largo del curso, hemos trabajado la empatía como un valor fundamental dentro y fuera del aula. A través de cuentos, juegos, dinámicas en grupo y situaciones cotidianas, hemos aprendido a ponernos en el lugar del otro, a escuchar con el corazón y a entender que todos sentimos, pensamos y vivimos de forma diferente. Estas experiencias nos han ayudado a construir relaciones más respetuosas, a identificar emociones propias y ajenas, y a reaccionar con amabilidad ante los conflictos. Porque solo desde la empatía podemos decir de verdad: "Yo no hago bullying, yo no permito bullying."
Además, nos hemos hecho una promesa: no mirar hacia otro lado. Porque el silencio también duele. Porque acompañar, ayudar y pedir ayuda es un acto de valentía.
Combatir el bullying es fomentar el respeto, la inclusión y el cuidado mutuo. Hoy más que nunca, recordamos que ser diferentes nos enriquece y que todos tenemos derecho a ser tratados con dignidad.
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